Blog personal, Acerca de las vivencias ocurridas en mi vida, o de otras personas, y cosas que me interesan o me gustaría comentar.

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lunes, 25 de enero de 2010

6. Juegos de niños


La vida transcurría igual a cualquier vida normal a la de un niño…
Con sus aficiones a inventar juegos por más extraños que parecieran para personas adultas.

Por ejemplo, recuerdo que una vez le pedí al niño, unas botas de hule “Colibrí”, y el fin no era para no mojarme en las lluvias, si no todo lo contrario…era para ir a cazar renacuajos a las pozas y estanques que se hacían en los cafetales y la plaza…simplemente era divertido ver quien cazaba el renacuajo más grande y hermoso, el cual los teníamos dentro de una botella.

El juego se acabó hasta que a un amigo, se le clavó un alambre de púas en la bota, y le rompió todo el pie…cuando le quitamos la bota, y el alambre de púas, se le vino tamaño pedazo de piel, como si fuera un pedazo de bisteck que le estuviera guindando de este.

Entonces se nos ocurrió jugar de Superman…sacamos un colchón de una cama, y nos subíamos al techo de una casa, y nos tirábamos haciendo acrobacias en el aire.
Suena peligroso, pero el colchón, era lo bastante grueso y grande, y no creíamos, que fuera mucha la altura de la que nos lanzábamos.

Todo eso terminó, hasta que en un tiro me tocó tirarme, y se me enredó el pié, en el borde de una canoa, y quedé guindando por un breve tiempo, hasta que caí, no de muy buena manera, pero por suerte, sobre el colchón.
No me pasó nada, pero no me gustó más el juego.

Así que inventamos otro juego…se trataba de fútbol sobre techo…
Todas las casas de la Alameda, estaban pegadas, y de igual manera todos sus techos, era como jugar sobre un inmenso techo.

Este juego no fructificó lo suficiente como para hacerlo un deporte nacional…los vecinos salieron de sus casas a insultarnos y lanzarnos piedras y palos, cosa que lo hizo más divertido, ya que corríamos como locos sobre los techos, desde el inicio del barrio en la esquina, hasta el fondo de la Alameda…pero terminó hasta que una lámina de un techo se desfondó, se quebró, y un compañero nuestro cayó, y quedó incrustado en el cielo raso de una casa.

No se de que material estaban hechas esas láminas, no eran como las de Zinc de ahora, parecían como de cartón negro…les hicimos goteras a todo el barrio, el cual tuvimos que reparar todos, con una pega negra especial que vendían.
Fuimos severamente castigados, y no se nos permitía que nos juntáramos más entre todos.
Tampoco recuerdo como se pagaron las reparaciones, ni quien inventaba los juegos, pero pasaron días en que el barrio estaba desolado.
Eramos pocos los hombres en esa escuela

Como no se nos permitía salir, estaba solo siempre en la casa, ideando algún nuevo juego, así que una vez se me ocurrió jugar de Ultraman (serie famosa de monstruos gigantes y héroes voladores de esa época), así que yo tenía un robot de juguete que atacaba las naves espaciales de los buenos, pero para darle más realismo al asunto, me hice un avión de papel, y cuando el robot lo golpeaba, le prendía fuego a la cola, y lo tiraba al aire, envuelto en llamas.

Lo malo es que estaba jugando en mi cuarto…y el bendito avión voló y cayó debajo de mi cama…en pocos segundos, el fuego del avión de papel, se pasó al forro de abajo de la cama, y empezó a arder en instantes…

Esto me asustó todo, no el hecho de que se me estuviera quemando la cama, sino que mi mamá estaba en la sala hablando con unas visitas, y yo estaba castigado, y me estaba jalando una torta bastante fea.

A como pude, salí corriendo hacia el patio, y llené una palangana de agua, y me la llevé corriendo al cuarto…lo que no me resultaba, era tirar el agua por debajo de la cama, y en dirección de abajo hacia arriba…no me estaba sirviendo la táctica, ya que no se apagaba casi nada de fuego…volví a llenar la palangana de agua, y volvía corriendo a tratar de apagar el embrollo en el que estaba metido, varias veces más…pero ya estaba cansado, y el humo empezó a salir hasta la sala…

Mi mamá, y los invitados me veían en una pura carrera y congoja con la bendita palangana, y no decían nada, hasta que vieron el humarascal en toda la casa…
Luego escuché los gritos de mi madre y de las visitas, y corrieron a ver que era el asunto…al ver las llamas, entre todos volcaron la cama, y empezaron a echarle agua, luego llegó un vecino a ayudar con más baldes de agua, y una manguera…todo el mundo estaba metido en la casa apagando el fuego, y yo asustado, porque ya se había descubierto mi desgracia…

Al final se logró salvar la casa, mi cuarto, y un poco mi cama…no quedó muy bonita, pero desde ese día, ya nunca más tuvo patas (se las quitaron)
No me acuerdo de donde saqué los fósforos, si me pegaron o me castigaron…no recuerdo mucho, pero esa noche, no podía dormir tranquilo del olor a humo que rondaba aún en mi cuarto, y lo que quedaba de cama.

Al tiempo, los castigos se olvidaban, y de nuevo estábamos juntos, lanzando a algún amigo, cuesta abajo, metido dentro de una llanta vieja de un camión.
O metidos en los túneles del alcantarillado de un nuevo residencial que estaban haciendo donde estaban los cafetales.

Como pueden leer, es una salvación para los niños y padres de hoy en día, el que se hayan inventado los juegos como los Nintendo, Play Station, y juegos de PC… hay cosas peores.
Sacando la escuela en 1979

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